La interpretación del violonchelo romántico (LIBRO)

Después de años de trabajo y reflexión, estoy muy feliz de presentaros mi libro "La interpretación del violonchelo romántico", recién publicado por la editorial Antoni Bosch. Aquí encontraréis una versión depurada de mi tesis doctoral, que recientemente ha obtenido el Premio Extraordinario a la mejor Tesis Doctoral defendida en el año académico 2014/15 en el área de Artes y Humanidades de la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid. Espero que disfrutéis de su lectura.

Antoni Bosch editor (junio, 2016)

Aquí encontraréis un amplio resumen de los contenidos que desarrollo en el libro:

En el primer bloque del libro, conformado por los dos primeros capítulos, quiero dar respuesta a varias cuestiones que se presentan cuando deseamos asumir el papel de un intérprete de la segunda mitad del siglo XIX: ¿Qué tendencias o escuelas interpretativas coexistieron? ¿Qué rasgos definen a cada una de ellas? En el período finisecular, ¿se había superado la estética de los virtuosos? ¿Cuál era la relación del intérprete con la partitura? ¿Cuál era el modelo de intérprete deseado por los compositores de la época? Para responder a estas preguntas me acercaré a los protagonistas de las corrientes de pensamiento musical que se consolidaron en la segunda mitad del siglo. Veremos si la misma polarización estética que existió en la creación musical alcanzó a la interpretación y de qué manera.

La idea de una escuela vocal en la interpretación instrumental debe estar latente durante la lectura del presente estudio, ya que los tres rasgos expresivos que desarrolla (carácter prosódico, vibrato y portamento) pertenecen al mismo modelo: la voz humana. En mi opinión, las referencias al modelo vocal aplicado a la interpretación musical siempre han navegado entre la ambigüedad y la simplificación, incluso a la hora de justificar los recursos expresivos antes citados. Aquí quiero ahondar en esta cuestión y demostrar la dimensión que adquirió la palabra en la interpretación. Además, para comprender mejor la expresión musical en el contexto de la escena romántica, se revisarán los principios que prevalecieron en el arte dramático y la declamación, pero también los rasgos que caracterizaron el estilo de los poetas y oradores, porque hacia ellos dirigieron sus miradas los virtuosos, para terminar recurriendo a los testimonios sonoros, pruebas fehacientes que vendrán a reforzar los argumentos propuestos.

En el cuarto capítulo afronto el rasgo más fascinante que exhiben todos los intérpretes tardorrománticos registrados fonográficamente: el carácter prosódico. Pretendo demostrar que este rasgo se relaciona con una concepción vocal del cantabile instrumental y, por tanto, esta irregularidad no siempre es producto del capricho del músico, ni responde exclusivamente a un deseo de destacar las notas estructuralmente importantes dentro del fraseo, como tampoco es un fenómeno que pueda explicarse, sin más, mediante el tempo rubato, sino que ha de asociarse a una forma de comunicar la música vinculada a la expresión oral de la palabra, ya sea ésta cantada, declamada o hablada. Comprender y exponer el origen de esta irregularidad es uno de los principales objetivos de este libro.

El estudio del vibrato comenzará con una contribución musicológica en el ámbito del violonchelo, contribución que nos servirá para presentar los dos tipos de vibrato que coexistieron en el siglo XIX: el vibrato que implica la ondulación del sonido en intensidad y el que implica la ondulación del sonido en altura. Asimismo, replanteo el enfoque que se ha dado hasta ahora del vibrato, admitiendo las contradicciones que se dan entre los diversos testimonios y cuestionando ciertas opiniones instaladas en la tradición musicológica. La revisión, por un lado, de la visión individual que dieron del vibrato los violonchelistas románticos y, por otro, de las grabaciones de los violonchelistas del período entre siglos, arrojará bastante luz sobre la asunción del vibrato en la interpretación.

La sección más amplia de esta obra está dedicada al portamento, recurso que alcanzó en el violonchelo su máxima expresión. Debido en parte a la influencia violinística, y en parte a la displicencia manifiesta a reivindicar este recurso expresivo desde un punto de vista historicista, el portamento ha sufrido en las últimas décadas un tratamiento bastante lacónico, cuando las grabaciones de los violonchelistas se revelan ante cualquier simplificación del principal recurso expresivo en los instrumentos de cuerda. En la primera parte de este capítulo estudio la idiosincrasia estética del portamento y cómo ésta se vincula específicamente con la concepción dramática de la escena romántica. Una vez más la escuela vocal estará presente en varios sentidos, pero, al mismo tiempo, se descubrirá que el portamento en la práctica llevaba consigo connotaciones ajenas a cualquier interés por emular la voz humana. En la segunda parte propongo una amplia taxonomía del portamento, que pretende ser la más completa realizada hasta el momento y que he elaborado aunando teoría y práctica.

Desde esta perspectiva romántica, en toda la obra subyace el interés por comprender, como nunca antes se ha hecho, los rasgos que definieron el estilo de uno de los intérpretes más importantes de todos los tiempos, Pau Casals, ya que sitúo al violonchelista español no como punto de inflexión (perspectiva bien conocida, sobre todo por su contribución a la evolución de la técnica violonchelística), sino como deudor de la tradición que lo educó y a la que pertenecen los recursos expresivos que fueron distintivos de su arte, de ahí que la figura de Casals marque el fin de la época en la que centro mi investigación.

Junio de 2016

1 comentario:

  1. La larga tradición de la musicología basada en la creación, en la poiesis y no la praxis, para ponerlo en palabras de Dahlhaus, derivó a través del siglo XX en un sinnúmero de orientaciones que, de diversa índole y calado, transitaron por esos mismos derroteros hasta aproximadamente los años sesenta. A partir de esta época, la contrapartida fue ofrecida por el movimiento historicista, que relevaba la “interpretación históricamente informada” de esas creaciones, llenado ciertamente un vacío del conocimiento manifiesto, aportando así a una comprensión más “auténtica” de la música, sobre todo de los siglos anteriores al XIX. Pero el estudio del instrumento, del intérprete y su interpretación a partir del siglo del Romanticismo (más allá de lo meramente anecdótico) parece haber quedado fuera de los intereses de dicho movimiento, lo cual ha provocado, a nustro juicio, otro vacío: el de no saber acerca de los comienzos de la interpretación instrumental moderna.

    Aquí radica, en parte, el fenomenal aporte de tu libro, Trino Zurita.

    Digo en parte, pues a lo largo de sus más de 300 páginas magistralmente bien escritas, La interpretación del violonchelo romántico. De Paganini a Casals exhibe una virtud aún mayor: la de introducirnos en un saber profundo acerca de un instrumento cardinal del siglo XIX, al abordar el tema de un modo extremadamente completo y lógico. Las estéticas interpretativas de la segunda mitad del XIX; la crisis del virtuoso individualista y el triunfo del virtuoso-artista; la oratoria romántica y los vínculos entre interpretación musical y declamación; la expresión, el vibrato, el portamento y, desde luego, lo que dice Casals: todo ello es necesario. No sobra ni falta nada. Y, por cierto, aquellos temas de investigación y su trasfondo me serán sobradamente útiles también a mí, un flautista, como lo será, sin duda alguna, para intérpretes de otros instrumentos y para todos aquellos interesados saber de interpretación, sean músicos o no.
    A partir de tu libro, me reafirmo en mi idea de que la erudición musical e historiográfica puede y debe llegar a nuestro ámbito, la interpretación. Y con mayor razón llegará si quienes escriben son instrumentistas de primerísima línea, como tú.
    Gracias, Trino.

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